lunes, febrero 25, 2013

Bath-monos a Bath (en 2 horas)

Le voy a coger el gusto a esto de las guías de viaje, la del otro día para recorrer Londres en dos días quedó bastante bien, pero al fin y al cabo quien tiene tanto tiempo con la de cosas para ver en la tele que hay, así que esta vez vamos a hacerlo mejor: Bath en dos horas. La pequeña ciudad inglesa muy cerca de Bristol patrimonio de la humanidad y con fama de ser la ciudad más bonita del Reino Unido, no sabría decirlo, de las que he visto está ahí ahí con Edimburgo, pero vamos, ciudad más bonita de un Reino que incluye cosas como Port Talbot o Swansea tampoco es que tenga mucho merito.

La visita podría dar para un poco más entrando en varios sitios que me he dejado, pero en un día podría hacerse perfectamente, y aún sobraría tiempo si vamos en coche para pasarnos por Stonehenge que esta a tiro de pedrusco.

Pulteney Bridge



Empezamos dejando el coche fuera del casco histórico para no volvernos locos (si hemos venido en tren parecido, la estación esta un poco más al sur del puente) y cruzamos el puente. Básicamente viene a ser como la versión pequeña, coqueta y british hasta la médula del Ponte Vecchio de Florencia (offtopic: florentinos, ladrones) con sus tiendas muy estrechas sobre el rio. Según lo cruzamos podemos seguir el curso del río rodeando el bloque del Guildhall Market (que también esta bastante bien). Como curiosidad las extrañas tres hendiduras del rio, que crean un efecto bastante curioso y que todavía no he podido averiguar lo que son. Continuamos hasta el mini-parque de Parade Gardens, donde dependiendo de las ganas que tengamos o del tiempo podemos pasear un poco. Cuando nos cansemos de ver verde cogemos York Street y nos plantamos en dos de las cosas que definen a Bath (una de ellas literalmente).

 
Explanada de Bancos, paraíso de mi acompañante

Bath Abbey / Roman Baths 

 



En la misma plaza encontramos la impresionante abadía y los baños romanos que le dan nombre al pueblo. La abadía es recomendable tanto por fuera como por dentro (¡entrada gratis!) destaca como esta encajonada en medio de la ciudad y todos los detalles de su fachada (los ángeles subiendo la escalera de Jacob). El edificio de los baños es visitable (ya no es gratis) y lo que se dice romano queda bastante poco, en nuestra prisa nosotros decidimos pasar (después de ver lo que hay en Roma o la ciudad entera de Efesos hay pocas ruinas romanas que impresionen). Adyacente a los baños está la Grand Pump Room , edificio para que los ricachos del siglo XIX vinieran a tomar las aguas y donde podemos desayunar o comer si nos apetece que nos claven a la pared.

Ruinas romanas y pinta de la noche anterior, tradición y modernidad del UK se dan la mano

Theatre Royal / Queen Square



En este momento podemos callejear algo por esta zona, entre calles pequeñas y locales comerciales tanto de toda la vida como cadenas de multinacionales (a la elección de cada uno comprar cosas, pero saber de antemano que Cheap Street no hace precisamente honor a su nombre). En cualquier caso por un camino u otro hay que ir encaminándose a las otras dos cosas gordas de Bath, podemos aprovechar en la ruta para echar un ojo al pequeño Teatro (Para el tamaño del sito la actividad cultural de la ciudad es bastante elevada) o al minúsculo parque urbano de Queen Square.

The Circus



¡Ay los arbolicos que majos!

Tirando para el norte llegamos a este grupo de casas construido de forma que imita a un coliseo romano, con todas las fachadas levemente curvadas y columnatas y símbolos para reforzar el parecido. Esta situado en una rotonda con tres calles distribuidas de forma que siempre que entremos en la plaza veremos una de las secciones de frente. Bastante impresionante y me hubiera gustado ver alguna de las casas por dentro. Muy recomendable meternos en el jardín central y tomar desde ahí fotos tanto a las casas como a los árboles.


 

  

Royal Crescent

Panorámica que te crio
Y como los edificios en curva en esta ciudad se ve que triunfan pues vamos a vernos otro, bien cerca de The Circus está la Royal Crescent. Una pedazo de agrupación de casas en media luna que va pidiendo foto panorámica a gritos. Impresionantes jardines también en frente para la que probablemente sea la imagen más característica de Bath (que también aparece en múltiples películas de época). El número 1 de la calle es un museo reconstruido tal y como eran las casas en el momento de construcción de la crescent. Se puede dar una vuelta por la calle y los jardines, y volver por Royal Ave pasando justo por detrás de las casas del Circus en una forma diferente de verlas (con jardines abiertos al público)

St. Michael's Church

Salvo que hayamos corrido como bestias nuestras dos horas deberían ir tocando a su fin, así que volveremos para el puente hacia el coche, aprovechando para pasar por alguna de las calles que no hemos pasado antes (pintorescas y bien majas) para rematar con la iglesia de San Miguel antes de irnos.


Si queremos seguir un plan menos punki e igual visitar la ciudad en un día o medio hay cosas interesantes también (más de un día ya me parece excesivo). Aparte de visitar los baños romanos (no muy grandes) tenemos unos cuantos museos (el de Jane Austen, el del servicio Postal, etc) podemos recorrer también la señorial calle de Pulteney continuación del puente y finalizar (o empezar) con la vista de toda la ciudad que se tiene desde el Alexandra Park. Y ya en plan decadente nos podemos meter en el Spa de aguas termales clásico/moderno para descansar del día de visita (o porque somos unos vagos). Ah, y repito, ir a Stonehenge.



PD: Gracias a Nacho por la compañía, el transporte y por traer el buen tiempo (la pena es que como se lo trajo se lo llevo)

jueves, febrero 21, 2013

Hey Okay!


Vamos con una entrada cortita y musical, que no todo van a ser lomacos. "Hey Okay!" es la canción que más esta sonando últimamente (en mis auriculares, todo lo demás me la suda). Simple, con clase y adictivo como droga sirven para definir este tema de Anneke van Giersbergen; la vocalista más característica de los míticos "The Gathering" (doom, ambient, progresive, post-rock, llega un punto que directamente te tienes que inventar los géneros para describir a la banda) tras establecerse en solitario con su pop/rock alternativo y muy, muy elegante. 



El tema no se anda por las ramas, un par de estrofas y de cabeza al estribillo, que se repite durante toda la canción y que es más simple que la sopa de ajo. Pero dentro de su simpleza es increíblemente efectivo:

Hey, okay, why don't you stay another day?
And if it feels alright will you stay another night?
Hey, allright, why don't you stay another night?
And if it feels okay will you stay another day?


Circular y encadenado, donde cada par de frases encaja con el siguiente y con el anterior repitiendo night-night/day-day. Y además enganchadas como las piezas de un puzzle con el cambio de okay/allright. La repetición constante del estribillo va tejiendo una red que te atrapa y da ganas de escuchar la canción una y otra vez. Musicalmente una muy bien pensada introducción que comienza marcando repetición y que se refuerza en los estribillos, con un solo de guitarra bien cool colocado antes de la parte final y unos coros que refuerzan aún más la naturaleza encadenada del estribillo. Pura metadona en definitiva, os dejo por aquí un par de versiones y me pongo a escucharlo otra media docena de veces antes de cenar.



viernes, febrero 15, 2013

Won't bow don't know how



A los que os guste la nueva ficción televisiva norteamericana deberíais estar familiarizados con el nombre de David Simon. Para los que no, no pasa nada, os lo describo: David Simon es Dios. Creador de la que posiblemente sea la mejor serie de televisión de la historia (ni posiblemente ni hostias, la mejor) y una de las mejores cosas que ha hecho la humanidad así en general: The Wire, una serie en la que cada capitulo, cada escena, es una obra maestra. Además tiene otras cuantas cosas por ahí de las que absolutamente nada baja del sobresaliente muy alto y entre todas esas cosas Treme es su producción más reciente. Y no solo es la más reciente, si no que es con diferencia la más David Simonesca de todas, con todo lo que ello implica: series muy poco accesibles, donde no va a llegar un novato y le van a explicar todo desde el principio para explicárnoslo a nosotros, donde la gente discute complejos procedimientos judiciales sin ser conscientes de que hay un espectador en la cuarta pared, donde no se nos van a enfocar los objetos importantes ni se nos van a repetir las palabras clave. Esto hace que para según que personas las series de Simon sean muy complicadas de seguir, pero como el mismo dice en el que creo que es uno de los mejores mandamientos que se puede seguir al hacer ficción:
Fuck the casual viewer. Seriously, who wants a casual viewer? If you’re a writer do you want a casual reader?
Que le jodan al espectador casual, sin más, la satisfacción como espectador que da encontrar un producto que no te esta tratando como a un borrego, que presupone que eres capaz de mirar y llegar más allá y que no te lo tiene que dar todo mascado es una gozada. Y el estímulo intelectual que te da una serie de estas características no tiene precio, esa es la verdadera razón y no otra por la que David hace obras maestras, no son los valores de producción, no son los magníficos guiones, no es el realismo, no es la critica social; es que todo lo anterior se combina para exigirte a ti mismo más como telespectador, pero todo lo que te pide te lo devuelve con creces. Y en ese sentido Treme nos pide y nos da lo mismo que anteriores obras de su creador, con una diferencia: ya no hay un gancho de una historia interesante, ya no tenemos las investigaciones policiales de The Wire, que pese a estar desnudas de toda épica aún pertenecen al género clásico del policíaco, no tenemos el trasfondo militar de Generation Kill que siempre dará para escenas de acción. Aquí solo tenemos la vida, prosaica y aburrida a veces, emocionante otras, injusta casi todas, relatada gracias a una veintena de personajes que viven sus vidas de forma independiente, y que a veces se cruzan, a veces enlazan sus historias y a veces simplemente chocan y salen rebotados.



Y esta cantidad de personajes favorece que exista una única protagonista muy clara y casi casi omnipresente: la dama sureña, la ciudad de la media luna, Nueva Orleans, en toda su extensión y dimensiones. Sus lugares con gente de pasta, sus projects infames, sus escuelas, sus negocios, su burocracia, su corrupción, su crimen, su comida y bebida, sus costumbres y tradiciones, sus fiestas (y menudas fiestas), y, sobre todo, su música, toda su música, una cantidad y variedad de música que ni os imagináis. Y si protagonista es el lugar, protagonista es también la época: justo después de que el Katrina arrase la ciudad, acontecimiento que marca a casi todos los personajes arrancándoles partes de su vida: un familiar, sus casas, su medio de ganarse el pan, las ganas de seguir adelante o simplemente una idea de si mismos.



Puesto que la tragedia del huracán ha creado una pequeña tragedia en cada uno de los personajes, los conocemos (a ellos y a la ciudad) por como se enfrentan los problemas que les pone la vida. Protagonistas pequeños en tramas sin épica ninguna. Tenemos a LaDonna, mujer temperamental y echada pa'lante que busca a su hermano y trata de reconstruir su bar; Sonnie, músico callejero que tontea con las drogas y a la dulce Annie que trata de sobrevivir con/a Sonnie; Antoine que ha perdido su coche y sablea a los taxistas mientras busca actuaciones a salto de mata para ganarse la vida; DJ Davis que está como una puta regadera y siempre lo ha estado; Janette que lucha por mantener su negocio en pie mientras todo se hunde (literalmente) a su alrededor; Toni que pelea junto a los que no tienen nada y su marido Creighton que ha perdido las ganas de todo; el gran jefe indio Lambreaux, pilar de la comunidad y cabezón incluso en la peor de las adversidades. Y según avanza la serie tenemos más personajes (policías, periodistas, políticos), y los problemas van cambiando, algunos se resuelven, otros no, pero en todos se lucha, siempre, frente al mundo decadente sin solución con desgracias cíclicas de The Wire. Frente al juego amañado y la corrupción sistemática del sistema y las instituciones, que están igual de presentes en Nueva Orleans como en Baltimore, Treme pone la esperanza y las ganas de luchar. Es el mensaje más importante, el que da titulo a esta entrada, es el "Fight the good fight", es el "Doesn't matter if you win, the important is how you fight", lucha aunque no puedas ganar. Es una comunidad orgullosa que es capaz de organizarse cuando las instituciones fallan, y por eso mismo pese a la gravedad de los problemas o falta de soluciones en muchos puntos y la ausencia de buenos finales, o de finales en absoluto (porque como dice la propia serie no se puede pensar en la vida en términos de comienzos y finales) consigue dejarte siempre con una sonrisa en los labios y un optimismo vital casi contagioso.



Los medios para conseguir poner en marcha tan complejo retrato de la vida misma son los habituales de su creador. Primero unos actores en estado de gracia que vienen de tres fuentes: los viejos conocidos (caras de The Wire a punta pala); grandes genios de la escena (enormes John Goodman y Melissa Leo) y; sobre todo, los actores no profesionales, la realidad mezclándose con la ficción. Grandes y pequeños músicos interpretándose a si mismos o a sus extraños reflejos (destacada: Lucia Micarelli, violinista clásica en su primer, único y brutal papel como actriz), supervivientes de la tragedia relatando de forma casi documental, chefs de cocina reconocidos mundialmente dando una versión aumentada de sus personas, el mundo de la calle y los trapicheos, en definitiva la realidad confundiendo al espectador. Segundo un realismo que podría aplastarte, pero que en lugar de eso te envuelve, no se escatima ni un solo detalle; por complejo, intrascendente e incomprensible que pueda resultar para el publico; a lo hora de describir tanto situaciones cotidianas (la reforma de una casa, una denuncia, contratar a unos proveedores) como cosas algo más interesantes (procedimientos judiciales o policiales, entresijos del mundo de la música). Y finalmente tenemos el ritmo y el montaje, sin escenas trepidantes, con unas tramas que se extienden todo lo que haga falta con mucha calma y con pocos (aunque alguno hay) recursos fuera de la narración lineal; en el montaje destaca el usar varias historias paralelas al mismo tiempo de diferentes personajes (que igual no se han llegado a cruzar en la vida) para contarnos historias similares desde distintos puntos de vista o con diferentes matices. Y ademásy cortando las escenas nos encontramos con los omnipresentes interludios musicales...



La Música, música por todas partes, música de todos los tipos, música a punta pala. Si algo hace a esta serie especial y diferente es la música. Los protagonistas tocan música, la escuchan, la producen, la venden, la compran, Nueva Orleans es música. Sorprende la cantidad de música y géneros que caben en una ciudad de mediano tamaño, y no solo Jazz y Blues como estara pensando todo el mundo, la influencia francesa e hispana de la zona, combinada con ritmos africanos, combinada con vaya usted a saber qué, ha dado origen y soporte a una cantidad de géneros genuinos apabullante: Los omnipresentes Jazz, Blues (con su heredero el Rock) y Soul, el más moderno Funk en la misma linea, Country, Dixie, música Cajun de los pantanos de Louisiana así como decenas de variedades de folk americano o música hispana que entra desde el caribe, y enlazando estilos conocidos acabamos llegando a escenas musicales inesperadas, por ejemplo el animalísimo Sludge Metal (una suerte de Doom-Trash). Y todas estas músicas, junto con bastantes más (folk celta, clásica, jazz moderno) aparecen en varios momentos de la serie, a veces cumpliendo una importante función narrativa, y otras como simple telón de fondo. Si te gusta la música en general puede hacer que veas la serie solo por eso (si no te gusta casi que ni empieces). En este sentido los discos de las dos primeras temporadas de la serie son magníficos, pero hay gente que se ha dedicado a recopilar listas con todo lo que sale en todas las temporadas (pista, una burrada de cosas).

 



Bueno, y después de esta felación en toda regla a una de las mejores series que hay ahora mismo en antena, solo queda recomendar que la veáis y la escuchéis. Nos vemos en Bourbon Street (o en la calle bebiendo un bourbon, lo que ocurra primero).


jueves, febrero 07, 2013

Irish-celtic-punk-folk-whatelse


Ya se ha comentado por aquí de pasada mi afición al folk irlandés, esa gran música fundamentada básicamente en tres pilares: en insultar a los ingleses (o la autoridad competente), beber como un cabrón y pelearte con todo cristo. Pese a tan sólidos principios, sucedió que según muchas músicas tradicionales se iban electrificando durante la segunda mitad del siglo XX, el rollo celta no había encontrado una evolución popular adecuada, eso hasta que se pudo encontrar un género de música que casaba perfectamente con los principios anteriormente mencionados: el punk (¿bebercio?: check, añadiendo drogaina a la mezcla, ¿insultar ingleses/autoridad: check, ¿ganas de bronca?: re-check). Así que desde principios de los ochenta y bebiendo del folk eléctrico de los 70 (y de un pozal de cerveza al mismo tiempo) quedó establecido este genero musical. Adicionalmente se consiguió una ventaja inmensa, y es que puesto que el folk requiere maestría musical (y multi-instrumental) el tradicional gañanismo y cerdismo en la ejecución y el sonido guarro del punk no podían subsistir en el nuevo y bastardo género, y eso que salimos ganando a los que nos gusta que nuestros grupos no solo sepan escupir al público si no también tocar algo al menos.

Como tampoco soy ni mucho menos un experto, me voy a limitar a echar un ojo a los cuatro o cinco grupos que considero más importantes del movimiento para luego soltaros una playlist de spotify más variada. Eso si, avisando desde ya que es un género poco dado a innovaciones (recordar los tres pilares básicos) y donde la influencia de la tradición es muy marcada: prácticamente no hay grupo que no tenga varias canciones populares de las de toda la vida en su repertorio (Whiskey in the Jar, Foggy Dew, Irish Rover, Dirty old town, etc).

The Pogues


Punto obligatorio de comienzo, los inventores de toda esta mandanga son el grupo "The Pogues" y su lider Shane MacGowan. No solo perfeccionaron el género del que han surgido todas las demás bandas de la lista, si no que además fueron muy, muy buenos. Tanto la calidad de sus versiones tradicionales como de sus composiciones propias (auténticos clásicos la mayoría de ellas, con tradición de bebercio e historia irlandesa detrás) están a un nivel espectacular. Un grupo que debería ser escuchado independientemente de géneros. A pesar de una reunión reciente sin discos y de la primera mitad de los noventa, el grueso de su producción se concentra en la década de los ochenta y primeros años de los noventa. Coincidiendo justamente con la presencia de Shane en la banda, antes de que lo echaran por borracho y drogadicto (no preguntéis que hay que hacer para que te echen por borracho de una banda de estas porque tiene que ser de traca). A destacar la genial colaboración con una autentica institución irlandesa como son "The Dubliners" en "The Irish Rover", y por su significativa presencia en un par de las mejores escenas de la mejor serie de televisión de todos los tiempos con "The Body of an American"


Dropkick Murphys

La parte más macarra y cercana al punk y a la bronca está encabezada por esta agrupación de Boston. Como casi todas las bandas de este palo se tiraron bastantes años de independientes y con sellos pequeños, hasta que pudieron dar el salta a una multinacional. Ahora llenan estadios con su versión mas agresiva del Irish-punk. Contundentes, contestatarios y creadores de himnos multiusos, que lo mismo llaman a ahorcar políticos y banqueros (a favor) como a celebrar y a darse a la farra con los equipos deportivos de Boston con el mítico "I´m shipping up to Boston"


Flogging Molly

Y si Dropkick Murphys apuestan por recrudecer la cosa, Flogging Molly tiran más para el otro lado y son algo más líricos con temas más suaves, incorporando además influencias de folk americano y country a su repertorio. A este respecto hay muchas de sus canciones que suenan levemente a Johnny Cash, junto a la fuerte presencia de rápidos banjos y del violín de blu-gras que terminan de rematar su aproximación más mixta; eso si, conservando la velocidad de los temas. De entre todas sus muy buenas canciones (recomendable el directo "Live at the Greek") destaco el descomunal temazo que es "Laura", triste y con un cambio de ritmo espectacular, que además por estar entre sus primeras maquetas hasta que fue re-grabado para "Whiskey in a Sunday", el álbum de rarezas, no se ha podido disfrutar en condiciones.

The Real McKenzies

Como su propio nombre indica esta gente le van a dar un matiz diferente al resto de grupos, ya que mantienen las bases de bebercio\bronca\rebelión, pero además vienen a tocarte la gaita en el proceso (¡Festival del Humor!). Si, en este caso el folk del que se toma base es el Escocés, pero todo lo demás no cambia (el grupo en si no son de las islas). No están al nivel de popularidad de los otros mencionados en esta lista, pero creo que merece la pena destacar su diferente aproximación que por otra parte se puede encontrar también en otros grupos de soplagaitas (¡Festival!).


Estas son tan solo un ejemplo de las decenas de bandas de este género musical, la mayoría de las cuales suelen ser relativamente pequeñas y sorprendentemente la mayoría de ellas son de sitios de donde no te esperarías esta música (Noruega o Alemania por ejemplo). He preparado una leve recopilación de tres horas aprox en spotify con alguno de los más representativos: Los fiesteros "Fiddler's Green", los urbanos "The Mahones", los poperillos "The Young Dubliners", los alcohólicos "The Porters" y unos cuantos más (el 75% empiezan por The); que la disfrutéis.